La evolución del CBD desde su descubrimiento hasta hoy
La historia de esta molécula que se encuentra por todas partes hoy, cuando navego por Internet tiene apenas 82 años, 10 más que mi madre.
Curiosamente, empezó en pleno caos, durante la 2ª guerra mundial, cuando la ansiedad poblaba prácticamente todas las mentes de Europa, para hoy, erigirse en la molécula para calmar la ansiedad.
Volviendo a los andamios, en 1940, un científico israelí, Raphael Mechoulam, químico orgánico, la describió mientras trabaja con una planta de cañamo.
2 años más tarde, Roger Adams, otro químico, pero Estadounidense esta vez, consiguió aislarla, extrayendo el cannabinoide de una flor de cañamo silvestre y, a lo largo de los 80 años restantes, fue ganándose cada vez más fama allí donde puso sus semillas.
Lo que si, esta fama no fue fácil, dado que a sus inicios hasta recientemente, se mezclaban todos los cannabinoides de la planta de cannabis al mismo titulo, un estupefaciente peligroso y dañino para la salud.
Pero, años más tarde, al igual que el Mar rojo se abrió a Moises, la realidad abrumante de los beneficios terapéuticos del Cannabidiol, sumados a los pocos o nulos riesgos de consumir CBD, dado que es una molécula no psicotrópica, se abrió a la mayoría de científicos de este planeta y, hace un lustro, la OMS determinó que el CBD no provocaba adicciones ni daños para la salud y que, al contrario, la molécula tenia mucho potencial terapéutico, a parte de aportar beneficios evidentes para el alivio del dolor, la ansiedad y, probablemente ayuda en el tratamiento de varias enfermedades.
Asi que, hoy, en agosto de 2022, nos encontramos que el CBD se puede comprar en muchas tiendas online, en tiendas de barrio, supermercados, tiendas de conveniencia y, en Francia, hasta en quioscos de Tabaco.
En España, cada vez mas comerciantes lo venden pese a que las flores de CBD conllevan aun mucha controversia pues aun se estigmatizan al confundirse aun con la marihuana de toda la vida.
Pese a ello, el sentido común terminara por imponerse dado que seria ilógico, no poder comprar CBD barato en España, cuando en Francia, se puede consumir y comprar libremente en flores, aceites y cremas. Además, seria una perdida de oportunidad enorme en España, donde la climatología y las competencias avanzadas de muchos agricultores en este campo, prometen una facturación millonaria al sector del CBD para el bienestar y, por ende a impuestos que podrían financiar, en parte, las areas claves de la educación o la sanidad.
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